¿Por qué nos eligen?

A estas alturas de la “nueva normalidad” ya sabemos que el comercio local goza de la preferencia de la persona consumidora, siempre que aporte seguridad en el establecimiento, integre la oferta demandada y a un precio que se considere adecuado y, además, inspire confianza para provocar la visita, algo que está en manos del personal y que ahora cobra una importancia especial.

14 septiembre, 2020|Categorías: Retail|

Mari Paz Irastorza

Directora de Comercio y Turismo de Cámarabilbao

Lógicamente, se sigue esperando del comercio que resuelva necesidades concretas, que aporte soluciones a problemas particulares o que satisfaga deseos de compra específicos (esto se olvida, a veces) en una clara tendencia hacia la personalización de la oferta. Es decir, esta preferencia en la elección del establecimiento hay que ganársela día a día y, en este reto, la creatividad y el compromiso real de adaptación a las nuevas formas de consumo deben impregnar la actividad comercial o de servicios de nuestros entornos.

En esta situación, sería deseable facilitar la compra en el establecimiento físico (también en los canales digitales o en la venta híbrida) minimizando incomodidades, y señalizar debidamente las medidas de seguridad así como los servicios complementarios a la compra. Igualmente, comunicarse con la clientela antes, durante y después de la compra de forma dinámica, haciendo uso de medios diversos apoyados en tecnologías, y aprovechando también la experiencia de comunicación adquirida durante el período de confinamiento.

Todo ello exige una observación y seguimiento continuo del /la cliente o visitante, de sus intereses y de su forma de vida, puesto que va a condicionar su forma de comprar. Solo así se puede ir avanzando en la personalización de la oferta, aportando comodidad y conveniencia a su destinatario, objetivo claro para el comercio si no quiere perder posicionamiento y visibilidad. Por su parte, la tecnología proporcionará datos y mediciones para valorar si los pasos dados son correctos.

Más que nunca hay que aportar valor (no equivalente a precio) y diferenciación a la persona consumidora, cuidando especialmente y premiando a la que sea más fiel. Sin embargo, es innegable que la situación actual, motivada por la pandemia sanitaria, no es fácil y ha cambiado la forma de comprar y los comportamientos de las personas, que buscan el distanciamiento social y el cuidado de su salud, y aprecian en mayor grado la compra a distancia, algo que debe guiar la actividad del comercio y encaminarle a la transformación digital.

Como estas tendencias en el consumo van a permanecer en el tiempo, puede ser conveniente una reflexión sobre la estrategia del negocio, abordando la oferta actual, el público objetivo al que se dirige o la forma de comunicarse con él. En este sentido, un diagnóstico individualizado del comercio puede ser útil para detectar áreas de mejora y facilitar la innovación, aprovechando nuevas oportunidades en un mercado ciertamente cambiante. La Cámara de Bilbao es consciente de ello y ofrece, un año más, estos diagnósticos individualizados.

Mensaje final: en tiempos difíciles, también para la persona consumidora, hay que ganarse su confianza y esto no se consigue en un día, pero se puede perder en un solo día. Presupone el cumplimiento estricto de las medidas de seguridad exigidas durante la pandemia sanitaria y asegurar la satisfacción de las personas que se acercan a nuestro comercio y a nuestra marca. Parece necesaria una gran dosis de creatividad y disposición a detectar nuevas oportunidades de actividad y servicio, en todos los canales de información y compra donde aquélla se encuentre.

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