El comercio electrónico supera los 110.000 millones y afianza su papel como motor económico para el comercio local
Los dispositivos móviles, la inteligencia artificial y la omnicanalidad reconfiguran los hábitos de compra y abren nuevas oportunidades para pymes y comercios de proximidad.

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El comercio electrónico vuelve a escalar posiciones dentro de la economía española y confirma su madurez en términos de consumo digital. Según el estudio publicado por el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI), el volumen de negocio B2C alcanzó en 2024 los 110.683 millones de euros, un dato que supone un incremento del 11,5% respecto al año anterior y posiciona al ecommerce como un canal estratégico para empresas de todos los tamaños. Con 29,4 millones de consumidores comprando online y un gasto medio anual que asciende hasta los 3.762 euros por comprador, la compra digital ya no es una alternativa, sino una vía consolidada para adquirir bienes y servicios.
La investigación subraya que los jóvenes de entre 16 y 34 años lideran el gasto online, con más de 5.300 euros anuales, mientras que el segmento de 35 a 54 años destaca por su estabilidad económica y su predisposición a modelos de compra omnicanal. La brecha de género, históricamente vinculada al uso de herramientas tecnológicas, se reduce hasta prácticamente desaparecer, lo que confirma una adopción generalizada del comercio digital entre la población. A su vez, asalariados y autónomos incorporan cada vez más la compra online en su rutina, integrándola con naturalidad en sus decisiones de consumo.
El informe también detalla las categorías que concentran el mayor volumen económico. Turismo y alojamiento encabezan la lista con 7.346 millones de euros, seguidos de electrónica y dispositivos móviles, alimentación y bebidas, y moda, todas ellas por encima de los 5.000 millones. La frecuencia de compra refuerza el impulso del sector: el 43,7% de los usuarios compra al menos una vez al mes y cerca del 24% realiza compras semanales, lo que evidencia un comportamiento recurrente que impulsa oportunidades de fidelización, suscripción y venta cruzada.
Las claves: smartphones, IA y omnicanalidad
Una tendencia clave que marca este escenario es el uso del móvil como canal principal. Más del 80% de las transacciones online se realizan desde smartphone, lo que desplaza definitivamente al ordenador como dispositivo predominante. Este cambio obliga a los comercios a asegurar webs optimizadas para móvil, procesos de compra sencillos y presencia activa en redes sociales, donde los usuarios descubren productos, comparan precios y toman decisiones de compra en tiempo real.
A ello se suma el avance de la inteligencia artificial, presente ya en el proceso de compra de la mitad de los consumidores. Recomendaciones personalizadas, chatbots capaces de resolver dudas y sistemas comparadores basados en IA están redefiniendo la relación con el cliente. La adopción de estas soluciones permite mejorar la experiencia de usuario, reducir tiempos de atención y aumentar las conversiones, especialmente en comercios que integran la IA como herramienta de valor añadido.
El estudio destaca igualmente el peso de la confianza y la logística en la decisión de compra. Aunque el 93,5% de los compradores declara sentirse seguro al comprar por Internet, la preferencia sigue vinculada a envíos rápidos, costes razonables y políticas claras de devolución. La tarjeta continúa siendo el método de pago dominante, aunque crecen nuevas modalidades y transferencias inmediatas, impulsadas por plataformas bancarias y billeteras digitales.
En este contexto, las pequeñas y medianas empresas encuentran una ventana de oportunidad. Iniciativas como la ayuda del Kit Digital están acelerando la incorporación de negocios tradicionales al entorno online. La especialización del producto, la proximidad con el cliente y la personalización del servicio se perfilan como factores que permiten a comercios locales diferenciarse frente a grandes marketplaces. Con una estrategia digital sólida, estos negocios pueden ampliar su alcance, aumentar su competitividad y generar nuevas líneas de ingreso más allá del punto de venta físico.
Las conclusiones del ONTSI señalan que el comercio electrónico en España ha alcanzado una fase de madurez sostenida, respaldada por un crecimiento estable, un comprador digitalizado y un escenario tecnológico que evoluciona con rapidez. Para los comercios locales, el desafío no es únicamente estar presentes en Internet, sino hacerlo con una propuesta de valor completa que combine omnicanalidad, experiencia de compra fluida, inversión en logística y adopción progresiva de herramientas basadas en inteligencia artificial.
