Cuatro tendencias para el sector de la moda en 2022

Rediseñar, reivindicar, reutilizar, renovar, reciclar, recuperar y reducir, los siete mandamientos que dibujarán una moda más inclusiva y más sostenible.

Tendencias 2022 para el sector de la moda

7 febrero, 2022|Categorías: Retail|

Cámarabilbao

Estamos en la era “re”. Una era donde la artesanía y la tecnología van de la mano de conceptos como el upcycling, la moda sin edad y sin género o la producción bajo demanda. A continuación veremos algunos de los conceptos que se esconden detrás de estas tendencias que afectan directamente al sector de la moda:

Upcycling

Este término nace en 1994, cuando fue nombrado por Reiner Piltz en un artículo de Thorton Kay. Es una palabra que hace referencia a la reutilización de residuos reciclables. Esta práctica se realiza con el objetivo de modificarlos y convertirlos en otros productos de mayor valor. Todo un proceso de transformación para que sigan siendo útiles antes de llegar a ser reciclados en plantas de reciclaje.

La diferencia entre upcycling y recycling o suprarreciclaje y reciclaje, es que el primero se basa en la reutilización con creatividad de los residuos y el segundo en el proceso industrial para usar de nuevo la materia prima.

“A este consumidor que se está concienciando todavía le falta poner en práctica lo que piensa”. Quien muestra esta contundencia es Mariola Marcet, encargada de importar a España el upcycling, el neologismo de los conceptos reciclar (recycling) y mejorar lo que ya tienes (up), con su proyecto Upcyclick.

Los grandes marketplaces están ofreciendo la entrega en 24 horas, un estándar impuesto por Amazon, y gratis como una forma de diferenciarse frente a sus competidores online. El 65% de los e-Consumers afirman tener en cuenta los costes y plazos de entrega antes siquiera de añadir productos al carrito de compra. Por tanto, es claro que las condiciones de entrega afectan directamente a la decisión de compra.

Buenos ejemplos de esta capacidad de transformar la ropa y los residuos en productos de diseño con un valor añadido son Collina Strada, quien triunfa en Nueva York, o Priya Ahluwalia, desde Londres, con su revolucionaria colaboración con Microsoft. ¿Y en Cataluña? Tenemos cantera: desde pioneros como Virginia Rondeel y Sylvia Calvo hasta nuevos talentos como The Local Dreamer y La Kölors.

Renovarse con la impresión 3D

Dada la libertad de diseño que permite la fabricación aditiva, tiene sentido que los diseñadores estén interesados en trabajar con esta tecnología para crear formas complejas y piezas originales. Desde zapatos y joyería hasta complementos y vestidos, la moda impresa en 3D es muy diferente de la ropa fabricada convencionalmente. Cada diseño tiende a ser único, personalizado y sostenible. Esta es otra clave de por qué la impresión 3D es realmente interesante para el sector de la moda. Reducir el desperdicio en la moda es un desafío que algunos creadores están dispuestos a asumir para sus colecciones.

Detrás de estas iniciativas hay empresas punteras como la vasca Comme des Machines. Son especialista en buscar soluciones creativas para clientes pequeños, como por ejemplo la joyera Helena Rohner, pero también para gigantes del retail como Mango, para quien fabrican una línea de bisutería sostenible.

Pero seamos realistas, aunque bien es cierto que la fabricación aditiva ha penetrado, sobre todo, en el sector de la alta costura, a día de hoy existen importantes restricciones fundamentalmente debido a la limitación de la maquinaria que no permite crear grandes colecciones. Solo el sector de joyería puede sacar todo el jugo a esta tecnología. Lo hace gracias a las importantes mejoras en cuanto a reducción de costes, capacidad de producción en pequeños talleres y sustitución de moldes de elevado precio por otros hechos en 3D. Por no hablar de la capacidad de personalización y customización que ofrece esta técnica.

Reciclar el plástico del mar

Ante la contaminación por plástico que afecta a los océanos, muchas empresas han tomado la iniciativa de recoger esos materiales y fabricar tejidos con ellas. Limpian así los ecosistemas marinos y convierten la basura en un producto útil. Todo un ejemplo de economía circular.

Actualmente hay alrededor de 100 millones de toneladas de plástico acumuladas en el fondo o flotando en la superficie de los océanos. El 80-90% de ellas proviene de fuentes terrestres. Utilizar medio kilo de ese material contaminante para fabricar una camiseta deportiva es una acción relevante. Coser ropa sostenible y ayudar a salvar el planeta es una tendencia que estamos seguros se volverá mucho más habitual de aquí en adelante. Especialmente destacable si tenemos en cuenta que las previsiones de los organismos oficiales arrojan que para 2050, si seguimos tirando tanto plástico como hasta ahora al mar, habrá más plástico que peces en los océanos.

Tenemos el ejemplo de empresas como Aquafil que produce Econyl, un nailon reciclado a partir de redes y trampas de los pescadores. Este material está siendo utilizado por cada vez más empresas del sector, como Gucci y Prada. Recuperar estos aparejos es muy importante: el 6% de todas las redes, el 9% de todas las trampas y el 29% de todas las líneas de pesca se pierden o desechan en nuestros océanos cada año. Ternua, la empresa vasca de ropa de montaña y deportiva, lleva varios años colaborando con Aquafil en el proyecto Redcycle a partir de la recogida de redes en las diferentes cofradías guipuzcoanas y vizcaínas de Bermeo, Getaria y Hondarribia.

Reducir la producción

¿Sabéis cuál es el mejor residuo? Exacto, el que no se produce. Esta premisa tan simple está generando un cambio de perspectiva en muchas marcas de ropa. ¿Para qué cargar con stocks que después habrá que malvender, llamadlo rebajas, para seguir alimentando la rueda de las temporadas?

El concepto on demand reclama su lugar en el universo fashion: si aquello que ves, o que incluso te puedes probar, te gusta, encárgalo. Quizás te lo podrán personalizar a tu gusto. Esta decisión beneficia a todo el mundo: al cliente al creador y al planeta.

“Ha llegado el momento de que las empresas productoras rediseñen sus operaciones utilizando un enfoque de una hoja en blanco”, apuntaba el pasado abril la consultora Boston Consulting Group en el informe “The Zero-Based Factory”. Si bien algunas marcas han implantado esta forma de trabajo más recientemente, otras han nacido directamente con esta idiosincrasia.

Es el caso de Laagam, pionera en introducir este sistema en España de la mano de Inés y Diego Arroyo, que nació para intentar evitar el despilfarro de material y recursos que habitualmente supone el stock. ”Si no sabemos qué es lo que se vende, que sean las clientas las que decidan lo que producimos” sentencia Diego. Como consecuencia, cada semana (en su caso, cada miércoles a las 19h) nuevos artículos se suben a la web y están disponibles únicamente durante siete días. De este modo la empresa puede lanzar el máximo de diseños posibles. Lo hace sin ningún tipo de producción por adelantado e ir produciendo en tiempo real a medida que las clientas hacen sus pedidos.

Si quieres ampliar esta información y conocer el resto de tendencias para el sector de moda consulta la última entrega de los informes de tendencias en comercio elaboradas por Enfokamer, Observatorio del Comercio de Euskadi, entidad perteneciente al Departamento de Turismo, Comercio y Consumo del Gobierno Vasco.

Información relacionada

Artículos relacionados