Manzanos bajo placas: Álava estrena una planta agrovoltaica que une energía limpia y sidra

Un innovador proyecto en Vitoria-Gasteiz instalará paneles fotovoltaicos sobre manzanos para producir electricidad y cultivar fruta de sidra, con inteligencia artificial y baterías para gestionar la energía.

Planta agrovoltaica Iberdrola Álava

Instalación WineSolar de Iberdrola en Castilla La Mancha. Imagen: Iberdrola

1 septiembre, 2025|Categorías: Transformación digital|

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La primera planta agrovoltaica de Euskadi echará a andar en Álava con un objetivo doble: generar electricidad renovable y potenciar el cultivo de manzanas destinadas a sidra. El proyecto, promovido por Iberdrola dentro del programa “Vitoria-Gasteiz: Ciudad Laboratorio”, se ubicará en Abetxuko, en el Centro de Empresas Agroecológicas Basaldea. La explotación agrícola la asumirá Sidrería Kuartango, que busca reforzar la producción local.

La instalación combinará 901 kW de potencia fotovoltaica con un sistema de almacenamiento de 240 kW y dos horas de capacidad, lo que permitirá suavizar picos y adaptar la generación a la demanda. Se trata del único proyecto de carácter agrovoltaico seleccionado en el País Vasco dentro de la primera convocatoria de ayudas estatales a renovables innovadoras y almacenamiento, según informa la compañía.

La clave está en cómo conviven placas y árboles. Los módulos bifaciales de 700 Wp se montarán en una estructura porticada a 4,1 metros de altura, suficiente para el paso de tractores y otra maquinaria agrícola sin comprometer el trabajo en el campo. Además, se empleará un diseño de cables de acero tensados para reducir mantenimiento. Tres inversores (750 kW nominales en total) completan el corazón eléctrico de la planta. La sombra parcial y controlada disminuye el estrés térmico de los manzanos, mejora la humedad del suelo y reduce el consumo de agua, beneficios especialmente valiosos con eventos climáticos más extremos.

El seguimiento y la orientación de las placas se gobernarán con un software de inteligencia artificial desarrollado por la empresa vasca Powerful Tree, que ajustará en cada momento la posición óptima de los módulos para equilibrar la fotosíntesis de los árboles y la producción energética. Este control busca maximizar tanto la calidad de la fruta como los kilovatios-hora generados, abriendo la puerta a una agricultura más resiliente frente a olas de calor y a una fotovoltaica más integrada en el territorio.

El proyecto aspira a suministrar energía a negocios cercanos y a servir como banco de pruebas de la agrovoltaica en cultivos de proximidad. En la práctica, significa pasar de una competición por el suelo a un uso compartido con beneficios mutuos: el árbol se protege y se riega mejor gracias a la sombra y al microclima bajo los paneles; la planta eléctrica gana aceptación social y estabilidad operativa gracias a las baterías y al control digital. La iniciativa se enmarca, además, en una estrategia municipal que busca testar soluciones climáticas reales en espacios urbanos y periurbanos.

No es un salto al vacío. Iberdrola ha ensayado antes esta “agrovoltaica inteligente” en viñedos (proyecto Wine Solar), donde algoritmos similares orientan seguidores para proteger la uva sin perder rendimiento energético. La experiencia previa refuerza la apuesta alavesa por una fórmula que, si funciona, podría replicarse en otros frutales del valle y en explotaciones de sidra de la región, impulsando empleo verde y cadenas de valor locales.

Más allá de la novedad, la planta llega con lecturas de fondo: la agrovoltaica se perfila como herramienta para descarbonizar sin frenar la producción agraria, un debate especialmente vivo en Europa. En Álava, la foto final que se busca es un paisaje donde las placas, elevadas y “dialogantes”, conviven con hileras de manzanos que crecen con menos estrés hídrico. Energía y agricultura en el mismo terreno, un maridaje que, si prospera, puede convertir a Vitoria-Gasteiz en referencia de cómo la tecnología se pone al servicio del campo… y de la sidra.

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